Ese cruce de miradas con alguien que te sonríe, entrar por primera vez al trabajo o la mirada al espejo antes de salir. Pequeños instantes en los que confiar en ti es fundamental, y las rojeces te ponen a prueba.

Para combatirla eficazmente es clave abordar el tratamiento junto a tu dermatólogo/a y de forma completa, incluyendo productos de mantenimiento con eficacia demostrada en estudios, que aplicarás localmente una o varias veces al día. Porque el mejor cuidado es un cuidado integral.